19.9.06

Crónicas del Rey Felón ( I )

Vamos a dedicar una pequeña serie a un rey de España del que es complicado hablar sin hacerlo mal. Según el siempre correcto Carlos Fisas, “fue un hijo mal nacido, mal esposo, mal gobernante, pésimo rey, vil, cobarde, traidor, ladrón… y así podrían continuar los epítetos hasta la náusea, pues sólo náuseas produce la historia de tan innoble individuo”.


Físicamente, según Saiz de Robles, era “feo del todo y por partes. Carirredondo, mejillas deformes, nariz gruesa y torcida, boca hundida, barba saliente; únicamente los ojos eran grandes y vivos. Rechoncho, ordinario, sin un movimiento discreto, sin una actitud noble. Se le creería un arriero disfrazado. O un frailazo lego secularizado”.


Para hacernos una idea de sus modales, “sabía como nadie limpiarse con el dorso de la mano las escurriduras que en sus labios dejaba el chinchón, el pardillo de Arganda y el peleón de Valdepeñas”.


Fumaba puros como un carretero, y acostumbraba a ofrecerlos a alguno de los presentes cuando los tenía medio acabados, como muestra de amistad, diciendo: “- Toma, acábatelo -” y el infortunado al que le tocase tenía que coger el cigarro, todo babeado y mordisqueado, y acabárselo tanto si le gustaba fumar como si no.


Así era Don Fernando VII de Borbón, del que contaremos algunas de sus lindezas a lo largo de estos días.


Baste como adelanto de su bajeza moral saber que, mientras estuvo en Francia, no paró de adular a Napoleón. Su máxima aspiración era emparentar con él, lo que intentó pidiéndole la mano de un par de sobrinas suyas. Cuando en 1808 Napoleón colocó a José Bonaparte (más conocido como pepe botella) en el trono de España, este desgraciado escribió al emperador la siguiente carta:


“Doy muy sinceramente en mi nombre, de mi hermano y tío, a V.M.I. la enhorabuena de la satisfacción de ver instalado a su querido hermano en el trono de España [..] No podemos ver a la cabeza de ella un monarca más digno y más propio por sus virtudes.”


Fernando y su hermano Carlos (el ultracatólico que daría lugar a las guerras carlistas) no paraban de ofrecer fiestas en honor de Bonaparte con cualquier motivo, fiestas que luego comunicaban por carta al gobernador de Valençay y al mismísimo emperador, a fin de recibir el premio que ellos creían merecer por ser tan sumamente pelotas y rastreros. Napoleón, asqueado por un comportamiento tan vil, publicó las cartas en Le Moniteur con intención de ridiculizar a su autor, quién, lejos de sentir vergüenza, escribió otra misiva agradeciéndole el gesto.


Bueno, creo que con esto queda presentado el que será el protagonista de esta serie. Un ceporro que se hacía pis en la cama hasta los 19 años, que cuando volvió a Madrid después de la Guerra de la Independencia, siendo aclamado por un pueblo que le llamaba “El Deseado” y que había derramado su sangre contra los franceses luchando por su regreso, condujo a su séquito directamente a palacio evitando pasar por Las Cortes para no jurar la Constitución y que dijo frotándose las manos “voy a ser un rey absolutamente absoluto”.


Ya iremos conociéndolo mejor...

6 comentarios:

fridwulfa dijo...

Nos frotamos las manos ya anticipando la serie sobre Fernando VII, ése que usaba paletó y al que Goya retratara en toda su espléndida fealdad.

El Tipo de la Brocha dijo...

Que fuera o no feo importa un carajo. Lo relevante es que sus decisiones fueran acertadas, y, por desgracia, pecaron de lo contrario.

Gina dijo...

uff.. me encanta tu blog, voy a pasarme por aqui para culturizarme :D

alcaper dijo...

fridwulfa: Espero que te guste la serie, pondremos algún cotilleo, jeje. Un saludo

el tipo de la brocha: Sí, pero es que encima de desacertado era muy feo este tío.

gina: como me halaga que le guste mi blog a la pequeña "blogstarlette".

Dhouard dijo...

Pues, francamente, nada me desagrada más que concer algo de este tipejo.
Bueno es saber cómo eran estos personajes, pero mejor sería que cayeran en el olvido, que no se recordara ni su nombre.
Pero, ya que estamos, no te voy a hacer el feo de no leerte, je, je

Anónimo dijo...

Conozco a fondo la figura de Fernando VII y si, como dice Fisas, es difícil hablar de él bien...Tengo publicada una biografía del rey en Planeta (Fernando VII,1997) y una novela histórica sobre sus cuatro matrimonios (Los espejos de Fernando VII, Martinez Roca, 2001)
La verdad es que, menos la última, fueron unas desgraciadas...
María Pilar Queralt